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3 diciembre, 2024

ANCES Asociación Nacional de CEEIs

Red de Centros Europeos de Empresas e Innovación / Business Innovation Centers

Alicia Asín Pérez, CEO de la empresa CEEIARAGON Libelium, premio Rey Jaime I en la categoría de Emprendedor

La joven ingeniera informática aragonesa Alicia Asín Pérez, quien en 2006 creó en CEEIARAGON la empresa Libelium, dedicada al diseño y fabricación de sensores inalámbricos para las llamadas «ciudades inteligentes» o «smartcities, ha resultado ganadora del Premio Jaimen I en la categoría de Emprendedor.

El jurado ha destacado que su proyecto de fin de carrera se ha convertido en una empresa de éxito y destaca su tenacidad, la inversión que cada año hace en I+D+i, la visión de futuro y que el noventa por ciento de su facturación proviene de la exportación.

Llama también la atención del jurado su juventud y empuje, «siendo un ejemplo y modelo a seguir para futuros emprendedores».

Las mujeres se han impuesto por primera vez en la historia de los Premios Rey Jaime I, que este año celebran su vigésimo novena edición, y han obtenido cuatro de los seis galardones que este año han distinguido logros y avances médicos, sociales, biológicos y científicos.

Carmen Herrero Blanco en Economía, Susana Marcos Celestino (Nuevas Tecnologías), Anna María Travaset Vilaginés (Protección del Medio Ambiente), Alicia Asín Pérez (Emprendedor), Fernando Martín García (Investigación Básica) y Josep Dalmau Obrador (Medicina Clínica) son los premiados de 2017, que recibirán sus galardones en un solemne acto en otoño en la Lonja de València con la asistencia prevista de Felipe VI.

Solo doce mujeres han sido premiadas con alguna de las categorías de los Premios Rey Jaime I desde que celebró su primera edición, cuatro de ellas en la de 2017, y en los últimos años el impulso de la presencia femenina ha sido uno de los objetivos de la organización de estos galardones, dotados con 100.000 euros en cada una de sus categorías.

El fallo del jurado se ha dado a conocer durante un acto en el Palau de la Generalitat en el que el president Ximo Puig se ha mostrado a favor de la «reclamación urgente» de un Pacto de Estado por la ciencia que vaya «incluso más allá de las fronteras españolas» y que sea un Pacto de Europa, que reivindique las raíces ilustradas para volver a ser la referencia.

Alicia Asín ha asegurado que el premio ha sido «totalmente inesperado», que cuando ha recibido la noticia no lo podía creer y que el solo hecho de que en el jurado haya dieciséis premios nobel es ya suficiente premio.  Pero no desdeña, ha asegurado, la dotación económica, de 100.000 euros, que en una empresa como la que cofundó con el que sigue siendo su socio, David Gascón, tiene «mucho impacto».  Esta sí que es una manera de apoyar «verdaderamente» el esfuerzo de las empresas que están en la brecha para que puedan continuar con su trabajo, ha considerado.

Esta cantidad la invertirá Libelium en un nuevo proyecto que están intentando sacar adelante para reducir el equipamiento en las salas de emergencias al equivalente de un maletín.  Esta posibilidad, ha explicado, supondría multiplicar la accesibilidad, reducir los costes unas cien veces y trasladar fácilmente la tecnología al medio rural.

Alicia Asín y David Gascón fundaron Libelium hace diez años con 3.000 euros tras ganar el concurso INICIATIVAS DE EMPRESAS DE ARAGÓN (IDEA) organizado por CEEIARAGON. Hoy se mantienen como únicos socios y sin inversores externos pero tienen a 120 personas en plantilla y exportan a 120 países.

Ha sido ésta una historia «de tenacidad, esfuerzo y permanencia», ha asegurado Asín, «todo lo contrario a la cultura del pelotazo tecnológico» de las empresas de Sillicon Valley, pero que, a la vez, es «un buen ejemplo de creación de riqueza y empleo de calidad» y reflejo de la inquietud por que los ingenieros «no se tengan que marchar de la tierra».

En este sentido ha hecho un llamamiento a la «anticondescendencia» de quienes lanzan sus críticas sólo a la escasez de recursos de las administraciones para impulsar la I+D+i.

Ha dicho que hay que intentar despertar una mayor responsabilidad en las personas que tienen buenas ideas para que las saquen adelante independientemente de las ayudas institucionales que tengan.

No hay que «castigarse» y sí «actuar», para que sea el mercado, y no las instituciones, quienes hacen que un proyecto sea viable, ha concluido.